10 de febrero de 2010

Esperanza, ¿dónde vas ocultando tu mirada de tristeza abandonada en la soledad? Esperanza, creeme: yo no quise hacerte mal. Te suplico me comprendas si te defraudé. Esperanza, te aseguro que sin tí hoy nada tengo, que serás por siempre el ángel de mis sueños. Aquí estoy, ya me ves, suplicándote perdón. Si en verdad te fallé, no fue esa mi intención. Cúlpame y entiérrame en el pecho tu dolor, pero no te vayas nunca, no me ignores, por favor. Qué difícil descubrir el vacío en tu mirada donde ardía aquel incendio sobrenatural. Escondida en un rincón con el mundo del revés, y que todo sea culpa de mi estupidez. Aquí estoy, ya me ves, suplicádote perdón. Si en verdad te fallé, no fue esa mi intención. Cúlpame y entiérrame en el pecho tu dolor, pero no te vayas nunca, no me dejes, por favor.

No hay comentarios: