Recuerdo tanto ese momento en que éramos niños, y nadie había tocado el volcán que se esconde en el fondo del océano, lleno de piedras rojas, incandescentes ojos virginales. Mirando la televisón, chorreando decadencia hasta el fondo. Y ¿cómo hacer para lavar?, la mente está sucia. Lavar... Tal vez subiendo la montaña más antigua, dormir bajo la luna gigante, abrigados sólo con la piel pasan los siglos...Y seguimos encontrándonos en el mismo lugar.
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